GUSTAVO BOLÍVAR: ¿EL PORTAVOZ DE LOS RADICALES DEL PH?

Su aspiración se frustró porque Petro consideró que Bolívar no era el operador político idóneo para conducir el trámite de las reformas que su gobierno aspira a sacar adelante en el primer año. Prefirió a Roy Barreras, un dirigente de cuestionadas militancias en el uribismo y el santismo, cínico pero inteligente, que la izquierda no digiere como símbolo del cambio.

Gustavo Bolívar, como él mismo se define, es un “escritor y empresario exitoso”. ‘El capo’ y ‘Sin tetas no hay paraíso’ fueron las series de televisión que lo treparon en la cúspide mediática.

Con su fama de libretista, se lanzó desde la sociedad civil a promover la lucha contra la corrupción con la Fundación Manos Limpias y creó los llamados Premios Carroña, destinados, según él, a las instituciones y personalidades más corruptas del país. En su momento, los propósitos anticorrupción de Bolívar les sonaron estrafalarios a Transparencia por Colombia, filial de Transparencia Internacional, una entidad  respetable que mide factores de corrupción pública y privada.

Una de las chifladuras de Bolívar fue incluir en sus carroñeros premios a la Cámara de Comercio de Barranquilla. La registró en un listado de las entidades más corruptas de Colombia. ¡Absurdo y delirante! Después llevó una estrepitosa caravana de carros hasta el Edificio de la Aduana y dejó en la entrada la réplica del buitre que simbolizaba el premio. Otra de sus intrepideces fue animar, a través de la Fundación Manos Limpias, una sediciosa colecta para la ‘Primera Línea’ durante el estallido social.

De la mano de Gustavo Petro, Bolívar llegó al Senado  en 2018 y casi lo único que recitó en campaña fue que quería ser congresista para encarcelar a Álvaro Uribe Vélez. ¡Como si eso dependiera de un legislador!

Tal vez porque yo no dedico mucho tiempo a la televisión no asocio a Bolívar con algún debate  trascendente. Las esporádicas ocasiones que vi imágenes de él aparecía grabando en su celular las intervenciones de Petro, que ha sido su venerado ídolo político.

A pesar de lo anterior y del deplorable episodio con el actor y exconcejal Bruno Díaz, a Bolívar le dieron la cabeza de lista al Senado. No contento con esto quiso ser también presidente del Congreso de la República.

Su aspiración se frustró porque Petro consideró que Bolívar no era el operador político idóneo para conducir el trámite de las reformas que su gobierno aspira a sacar adelante en el primer año. Prefirió a Roy Barreras, un dirigente  de cuestionadas militancias en el uribismo y el santismo, cínico pero inteligente, que la izquierda no digiere como símbolo del cambio. A Barreras, en 2013,  Bolívar le concedió el Premio Carroña en la categoría ‘Buitre revelación’.

En el Pacto Histórico hay gente que simpatiza con la rebelión de Bolívar, a quien algunos mamadores de gallo en Twitter han llamado el ‘Tarantino muisca’, en referencia al gran cineasta estadounidense Quentin Tarantino y a los rasgos indígenas  cundiboyacenses del senador.

En aras del Acuerdo Nacional, Petro ha estirado el caucho del pragmatismo, pero esas elasticidades han incomodado a los radicales. Hay unas designaciones que no los satisfacen. Habrá que ver si el candente tema de la Contraloría General de la República incrementa las tensiones en el Pacto Histórico.

@HoracioBrieva

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