El presidente electo escogió de ministros a varios adultos mayores, pero en la Dian nombró a un joven de 39 años, quien, a juzgar por sus notorias ojeras, parece no dormir. Inquietante que el doctor Luis Carlos Reyes no duerma porque debe estar pensando todo el tiempo en cómo adelanta eficientemente su designio tributario.
Es decir, que Gustavo Petro colocó en ciertos ministerios a personas que se podrán cabecear en los ratos de cansancio, como Roberto Gerlein en sus obesos y crepusculares años parlamentarios, pero en la Dian situó a un millennials con los ojos muy atentos.
Reyes ha llegado al empinado puesto por sus méritos académicos y habla con una temible lucidez que no deja dudas sobre lo que se propone hacer en la misión a su cargo. En los medios de comunicación se le ha visto tan activo como José Antonio Ocampo, el ministro de Hacienda. Él es quien más ha explicado los alcances de la reforma tributaria y ha dejado la aplomada sensación de que el contenido integral de la iniciativa será aprobada en el Congreso de la República.
Según ha dicho Reyes, la reforma pretende hacer respetar la Constitución de 1991 en su artículo 363: “El sistema tributario se funda en los principios de equidad, eficiencia y progresividad”. En 31 años esto ha sido retórica porque las contribuciones de los particulares a las inversiones y gastos del Estado no han sido en proporción a sus ingresos.
De acuerdo con lo anunciado por Reyes se van a replantear la base gravable y las tarifas de quienes ganen más de 10 millones de pesos, que representan el 1% del país. En Palabras pendientes, el libro de conversaciones de Alfonso López Michelsen y Enrique Santos Calderón, el expresidente dijo que “uno de los países con peor distribución del ingreso en el mundo es Colombia”. Que las personas de 11, 13, 15 o 20 millones de pesos mensuales pertenezcan al 1% de la población de mayores ingresos, como si se tratara de ricos, cuando en realidad son clase media, indica que los ricos de verdad son un microscópico universo privilegiado. Uno de sus representantes más conspicuos ha dicho que tener un avión y una casa en las Bahamas no es nada del otro mundo. Como si la mayoría de colombianos disfrutara de esas comodidades oligárquicas.
Doctor Reyes: ojalá no se les vaya la mano con la clase media que supera los 10 millones de pesos mensuales. Son los ricos los que deben tributar más. Esta no es una invención castrochavista, sino algo que varias veces han propuesto magnates como Warren Buffett y Bill Gates.
El nuevo gobierno tiene una difícil tarea: reducir la evasión y la robadera estimada en 50 billones de pesos anuales. Lo ideal sería bajar la corrupción a cero, pero una meta del cuatrienio, tal vez razonable, podría ser disminuirla en un 60 o 70%. Es decir, reducirla a sus justas proporciones, como sugería el expresidente Julio César Turbay Ayala.
@HoracioBrieva