El más importante patrimonio natural de Barranquilla es el río Magdalena. Pero la miopía de las élites locales condujo a que dejáramos de reconocernos como ciudad ribereña. Solo ahora empezamos a comprender que había que superar semejante equivocación. Y hay un proceso en marcha, no exento de reparos, como el traslado de la Alcaldía a La Loma. Sin embargo, lejos estamos aún de una intervención desde el puente Pumarejo hasta la ciénaga de Mallorquín y el mar Caribe. Tomará años y habrá que hacerla por fases y muy bien, ya que el borde del río está llamado a ser la zona más atractiva y cotizada de Colombia.
En algunos años, de hacerse las intervenciones adecuadas, esta será la zona más espectacular para vivir. Imaginemos la sensación de quienes lleguen a residir allí, y se encuentren, al levantarse en las mañanas, con la majestuosidad del río y la postal de la Sierra Nevada, antes de salir a trotar o pasear por el malecón. Ahí debemos soñar una ciudad con una arquitectura fantástica, de excelentes edificaciones, de dinámico comercio, con amplias zonas verdes y generosos espacios públicos, de modo que los barranquilleros puedan acceder al río y gozárselo.
En esa dirección va una propuesta elaborada por la Cámara de Comercio, bajo la coordinación de Jorge Bermúdez y Yalmar Vargas. Sugieren que en el tramo denominado Distrito 4.0, que va desde La Loma hasta el Centro de Eventos, se ejecute una intervención integral y en el marco de una asociación público-privada. Recomiendan que la intervención no se haga lote a lote, por el riesgo de que los distintos propietarios, en el afán de maximizar rentas, sacrifiquen el espacio público y se malogre el sueño barranquillero de reencontrarse con el río. Aconsejan construir los edificios con suficiente distancia entre ellos y escalonar sus alturas respecto a la ribera para no obstruir la visual ni sacrificar los vientos.
Los autores consideran que el alcalde Alejandro Char se anotaría un jonrón si convoca –para desarrollar el Distrito 4.0– un concurso internacional de arquitectura que atraiga a los mejores profesionales, de manera que haya opciones para escoger. Vargas recuerda que Bogotá, en el caso de las Torres del Parque, usó el talento de Rogelio Salmona, quien diseñó un modelo curvado de edificaciones que permitieron mantener la visual de los cerros.
Recuerdo el recorrido por el río de las Perlas en Guangzhou y el río Huangpu, en Shanghái. A lado y lado, vi un espectáculo de edificios iluminados, seguramente no al alcance económico de todos los chinos, pero el acceso al río y al espacio público no le está vedado a nadie.
Así tiene que ser en Barranquilla. Todo dependerá de la calidad del proyecto urbano que se adelante en el Distrito 4.0, para lo cual, desde luego, tendrán que confluir las mejores decisiones público-privadas, partiendo de la premisa del respeto a la ciudad.
@HoracioBrieva
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