Presidente Santos: ¡está bueno ya!

El jueves 19 se reunieron varios gobernadores de la Costa y el ministro de Minas y Energía para tratar el tema de Electricaribe, y una de las conclusiones fue la conformación de unas mesas de trabajo. La sensación es que estamos frente a otra falta de respeto del Gobierno Nacional, representado por el doctor Germán Arce, de cuyo compromiso con la Costa dudamos a juzgar por la apatía con la que trató, en el Fondo de Adaptación, el tema del Canal del Dique, cuyas erosiones, a medida que crecen los niveles del río Magdalena, comienzan a ser materia de preocupación en el sur del Atlántico. La Costa quiere soluciones tangibles. Proponer estas mesas huele a dilatar la solución a una crisis diagnosticada.

Señor presidente: la paz es –también– que la Costa no pierda el siglo XXI, como perdió el XX, si se perpetúa un servicio malo y caro. ¿Usted cree que los costeños  vamos a tener la motivación de salir a votar a favor del plebiscito, si seguimos percibiendo que el Gobierno no se pone de nuestro lado en el problema de Electricaribe? ¿Paz con un pésimo servicio de energía? Imposible si todos los santos días se va la luz en ciudades y pueblos en medio de nuestra infernal temperatura. Y no es fácil guardar cordura frente a una empresa que nos tacha de malos clientes cuando sus propios niveles de recaudo y los de las empresas de servicios públicos verdaderamente eficientes se han encargado de desmentirla.

Electricaribe nos ha unido quizás más que el vallenato. Como habría dicho Carlos Marx: a burgueses y proletarios, a terratenientes y campesinos, a ricos y pobres. Está faltando que la Costa muestre en las calles su clamor y su fuerza a favor del cambio de operador.

El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, quien ha dicho que Electricaribe perdió el derecho a prestar el servicio, me comentó, el sábado pasado, que está pensando convocar a la ciudad para que exteriorice su exigencia de un servicio de energía a la altura de una capital del siglo XXI. Estoy seguro de que Barranquilla –por encima de sus diferencias– respondería multitudinariamente a una convocatoria del alcalde.

La energía es un eje transversal de nuestro desarrollo.  Por eso, aunque nuestros gobernadores y alcaldes ejecutaran a cabalidad sus planes de desarrollo, vamos a continuar teniendo dificultades para avanzar en competitividad.

Uno entiende que Colombia tiene el deber de honrar sus compromisos con las multinacionales, pero aquí sucede que se le entregó, de hecho, un servicio esencial a Gas Natural Fenosa, dueña de Electricaribe, y esta hace trampas y abusa de las comunidades, a lo que debe agregarse la descarada complicidad de la Creg. Esta multinacional no merece continuar operando el servicio. Y no se trata de una caprichosa aversión antiespañola. Es que ellos se han ganado la tirria costeña. Por su ineficiencia, y, sobre todo, por su arrogancia.


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