PETRO Y LA TRIPLE A

La intervención de Petro en Triple A debe ser muy acertada y transparente. Sin cálculos ni intereses de ningún tipo. Si no está de acuerdo con la negociación que la SAE hizo con Alumbrado Público tendría que acudir a las vías jurídicas correspondientes.

Para Barranquilla que jamás tuvo la capacidad de consolidar las EPM por culpa de una clase política corrupta e inepta, como sí lo hizo Medellín hasta convertir sus EPM en una de las empresas fuertes de América Latina, la creación de la Triple A fue una solución a partir de los años 90.

Desde entonces la ciudad empezó a cambiar. Fue quedando atrás la época en que el Suroccidente compraba el agua en carrotanques. Ese paisaje tercermundista, esa tragedia, fue desapareciendo.  Era de tal magnitud el drama del agua potable que, anualmente, la ciudad vivía el padecimiento de los niños afectados de gastroenteritis. Yo inicié mi carrera de periodista en EL HERALDO, en 1981, cubriendo el deceso de muchos infantes, y esa dolorosa labor reporteril en equipo nos permitió ganar el premio nacional en prensa del Círculo de Periodistas de Bogotá, CPB.

Pero así como la Triple A ha sido una solución, también ha sido un epicentro de decisiones equivocadas y de noticias de corrupción por un hecho codicioso evidente: se trata de un negocio rentable que gira en torno a algo tan vital como el agua.

¿De quién es la Triple A? Cuando el Concejo Distrital le dio vida mediante acuerdo quedó establecido que su mayoría accionaria pertenecía a la ciudad con una participación minoritaria de empresarios.  Esto empezó a cambiar con el alcalde Edgar George que le entregó el control de la empresa a un grupo de españoles aliados con poderosos empresarios locales.

Esta alianza de españoles y colombianos no quebró a la Triple A ni la colapsó operativamente, porque ciertamente no volvimos a vivir las épocas nefandas de las EPM, pero en el manejo financiero de la empresa ha habido mucha turbiedad y casos aberrantes de corrupción como los que protagonizaron Ramón Navarro e Inassa, la empresa española que motivó la toma de control por parte de la SAE.

La posición del gobierno de Gustavo Petro es que la venta de acciones de la SAE a la empresa de Alumbrado Público (donde el Distrito posee el 65%) no toma el valor real de la Triple A y cuestiona que la transacción se haya hecho de manera directa y no por oferta pública.

La intervención de Petro en Triple A debe ser muy acertada y transparente. Sin cálculos ni intereses de ningún tipo. Si no está de acuerdo con la negociación que la SAE hizo con Alumbrado Público tendría que acudir a las vías jurídicas correspondientes.

Pero lo más importante sería que Petro haga un gesto agradecido con Barranquilla (por el inmenso apoyo político que le ha dado), entregándole la Triple A sin que haya que desembolsar un solo peso a la SAE (escenario en el cual esta tendría que devolver lo que ya se le ha consignado). A la vez, Petro debería exigir que la empresa se convierta en regional incorporando a los municipios donde presta el servicio, ordenar a la Superservicios que la vigile mejor y asegurar unos delegados del gobierno nacional en la junta directiva.

@HoracioBrieva

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