EL FACTOR BIDEN EN EL 2022

En su discurso de posesión, el presidente Biden les pidió a sus compatriotas unidad.

Con el sugestivo título ‘El gobierno de Joe Biden nos cae del cielo’, El Tiempo publicó el domingo una entrevista a Sergio Jaramillo, el comisionado de paz del gobierno de Juan Manuel Santos. Al final de la entrevista, cuando le preguntan cuáles serían las lecciones que le deja a Colombia el triunfo de Biden sobre Donald Trump, Jaramillo desenfunda esta respuesta: “La primera lección y la más importante es armar entre los electores el consenso más amplio posible sobre la urgencia de sacar a los extremistas y a los ineptos del poder”. Su planteamiento es: así como la mayoría de los estadounidenses sacó a Trump, la mayoría de los colombianos tiene que “hacer lo mismo con el Centro Democrático”.

Históricamente, la política norteamericana ha tenido una manifiesta influencia en nuestro país. Por ejemplo, el suceso de las Torres Gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001 hizo posible, al colocar la lucha contra el terrorismo en primer plano, la insurgencia del liderazgo de Álvaro Uribe Vélez. Quien basó su discurso y su estrategia en la necesidad de endurecer la mano contra la acción insurgente de las Farc, con las cuales había fracasado el proceso de negociación del gobierno de Andrés Pastrana. Un líder enérgico contra la guerrilla se terminó imponiendo a Horacio Serpa, que simbolizaba la continuación de un proceso de paz malogrado. Viniendo de atrás en las encuestas, Uribe ganó por amplio margen en la primera vuelta.

En su discurso de posesión, el presidente Biden les pidió a sus compatriotas unidad. Unidad contra “la ira, el resentimiento, el odio, el extremismo, el desorden, la violencia, la enfermedad, el desempleo y la desesperanza”.

Si Biden logra aquietar ese huracán de intolerancia e irrespeto que heredó de Trump, y con seguridad no va a ser fácil por el fanático anclaje que el magnate ha logrado en un considerable segmento de la sociedad norteamericana, el efecto sobre Colombia podría ser políticamente decisivo e incidir en el resultado de la elección presidencial de 2022.

Biden en su discurso dijo algo que parece también manufacturado  para la realidad colombiana: “Empecemos a escucharnos unos a otros, a oírnos unos a otros, a vernos unos a otros, a respetarnos unos a otros. La política no tiene por qué ser un incendio voraz que destruye todo lo que encuentra en su camino. Cualquier disensión no tiene por qué ser causa de guerra total. Y debemos rechazar una cultura en la que se manipulan e incluso se fabrican los propios hechos”.

Con una historia tan prolongadamente infausta de confrontaciones que aún no cesan y siguen expresándose en violencia física y verbal, Colombia debería mirar en las próximas elecciones presidenciales hacia un líder ecuánime que sea garantía de unidad y reconciliación. Al igual que Biden. Más intolerancia, más odio, más extremismo, sería profundizar la peligrosa fragilidad de nuestra democracia.

@HoracioBrieva

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