Estamos asistiendo en Barranquilla a una sombría fiesta de la muerte que está extinguiendo a la juventud popular. Este ceremonial mortuorio lo está produciendo la máquina despiadada del narcotráfico. Es un negocio ilegal cuya regulación en Colombia está dada por la pistola, el revólver, la metralla, la tortura o el desmembramiento. Es decir, por la barbarie. A diferencia de los negocios legales que pleitean con las normas del Derecho Privado.
Según datos de la Policía, en Barranquilla en el primer semestre de 2024 se cometieron más homicidios que en cada uno de los primeros semestres de los últimos 14 años. De enero a junio hubo 214 homicidios, a los que hay que sumar 33 de julio y 15 hasta el 7 de agosto. Descomunal trabajo tienen las autoridades policiales, administrativas y judiciales frente a esta avalancha criminal.
En medio de semejante ritual sangriento, resalto lo que viene haciendo en rehabilitación y reinserción, en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, la jueza sexta de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, Carmen Terán Suárez, con el apoyo del Consejo Superior de la Judicatura, de la dirección seccional de Administración Judicial, de un equipo de psicólogas clínicas y de la directora del centro carcelario, Ofelia Díaz.
Con el rótulo poético ‘Restaurando corazones’, la jueza Terán lidera un programa para que las mujeres que incurrieron en algún momento en un delito encuentren una segunda oportunidad por la vía de la educación, el arte, el deporte y la preparación para el trabajo.
Sería magnífico que esta iniciativa se fortaleciera con el apoyo de la Alcaldía de Barranquilla, de la Gobernación del Atlántico, del SENA y del empresariado. Hay en El Buen Pastor unas 150 mujeres por diferentes delitos. En el programa ‘Restaurando corazones’ participan 35 reclusas y están en lista para ingresar 21. Por eso, la iniciativa necesita respaldo.
El delito es un mundo fundamentalmente masculino, pero en Colombia y otros países se ha incrementado el número de mujeres incorporadas al quebrantamiento de la ley penal.
De acuerdo con el Inpec, a junio de 2024 en el país había 20.350 sindicados y 75.304 condenados para un total de 95.654 hombres en prisión, representando el 93,7% de la población carcelaria. En tanto que las mujeres sindicadas eran 1.826 y las condenadas 4.621 para un total de 6.447, equivalente al 6,3% de la población carcelaria.
Mientras los grupos del narcotráfico protagonizan el escalofriante espectáculo de la muerte, la jueza Terán le apuesta “a la humanización de la justicia, al respeto de los derechos humanos y a la dignidad de las personas privadas de la libertad”.
