POR: HORACIO BRIEVA M.
En desarrollo del diseño temático que he elegido para esta serie de columnas, tenía decidido hablar hoy de los cambios institucionales que, a mi juicio, requiere el Gobierno Distrital para que se convierta en un instrumento vivo de la participación ciudadana, en un promotor del diálogo y la concertación, y en un animador permanente de la deliberación y el consenso. Es decir, en un adalid de la gobernanza democrática.
Iba, repito, a escribir sobre esto, pero el escándalo de las losas de la 51B me anticipó un tema que tenía previsto: la calidad de las obras en la ciudad.
Don Julio Gerlein Echeverría, dueño de Valorcon, una de las firmas de ingeniería más poderosas de Barranquilla y el país, ha reconocido que en la 51B se afectaron unas 80 losas, pero el deterioro de las placas no es lo único que se le achaca a esta vía. Hay voces expertas que cuestionan también los andenes: consideran que no corresponden a lo que traza el Manual de Espacio Público. Pareciera, añaden, que a Valorcon soliera no salirle bien el concreto. Y se preguntan, dirigiéndose a la interventoría, ¿dónde están las pruebas de laboratorio de los cilindros del concreto con que se fundieron las placas para establecer la calidad del concreto? Se preguntan, asimismo, si en la 51B se hicieron bien los trabajos en la base, la sub-base y en el manejo de las aguas para evitar empozamientos.
Pero la 51B no es la única obra de Valorcon que ha presentado desperfectos. Cuando se construían las troncales del Transmetro, en un área de la Murillo, varias placas mostraron desgaste y tuvieron que ser intervenidas.
Y qué coincidencia, el tramo de la Murillo que construyó Valorcon –hace apenas unos años– es el que presenta, en algunas partes, mayor destrucción. En el trayecto citado, se censura de igual modo la calidad de los andenes. “Son una chambonería”, me dijo uno de los especialistas que consulté para esta columna.
¡Cuánta diferencia con los pavimentos que se hicieron en los tiempos del señor Hollopeter que parecían hechos para toda la vida! Los de ahora semejan galletas de soda.
Don Julio le dijo en una entrevista al colega Jorge Cura que en la 51B hay responsables mas no culpables y que nadie lo había obligado a hacer las reparaciones. Lamento estar en desacuerdo. Yo sí creo que hay responsables y culpables. Empezaría por señalar a la Secretaría de Infraestructura que debería ser –a la hora de contratar– más exigente por estar en juego los dineros públicos, y especialmente los de la valorización, que ha sido tan cuestionada por algunos sectores de la ciudadanía.
Y si Valorcon decidió hacer las reparaciones, sin que se lo ordenaran, esto habla peor de la interventoría y de la misma Secretaría, a la que, por cierto, en otro día, vamos a pedirle cuentas por el famoso reparcheo, pues meses después lo que se observa es que la resina colocada no sirvió. Fue como pegarle a una muela picada algo de plastilina que con una mascada de chicharrón se cayó. ¿Cuánto costó este reparcheo? ¿Hasta cuándo vamos a seguir botando la plata de los contribuyentes en obras de mala calidad?
@HoracioBrieva
Deja una respuesta