EL DEBATE A NÉSTOR HUMBERTO

Creo que tampoco puede desestimarse todo lo que ha dicho Martínez Neira, aunque provenga de él.

Mucha gente piensa que el exfiscal Néstor Humberto Martínez Neira agenció una perversa campaña para reventar el proceso de paz con las Farc. Pero también es enorme la cantidad de colombianos que pensamos que los dirigentes de las Farc – que retornaron a las armas – tomaron una desafortunada decisión, en contravía de la voluntad de permanecer en el proceso  de sus líderes principales y de la mayoría de excombatientes.

Por eso ha sido importante la distinción que hicieron Roy Barreras e Iván Cepeda, dos de los senadores citantes del debate al exfiscal, en el sentido de que ellos no lo promovieron para justificar a ‘Iván Márquez’ y a ‘Jesús Santrich’, sino para mostrar las artimañas del exalto funcionario judicial contra la paz.

‘Márquez’ y ‘Santrich’ cometieron un monumental error cuando crearon  la ‘Nueva Marquetalia’, dizque en homenaje a los guerrilleros marquetalianos comandados por ‘Manuel Marulanda’.  Así como la mayoría de la organización desmovilizada y desarmada ha resistido la tentación de volver a empuñar los fusiles ante el exterminio de los excombatientes, lo que se esperaba de estos jefes era que se defendieran desde la legalidad con las acciones jurídicas correspondientes y con la denuncia ante los organismos internacionales que han acompañado el acuerdo de paz. Al irse de nuevo al monte no solo incumplieron su compromiso, sino que dejaron la sensación de que sus vínculos con el narcotráfico eran verdaderos.

Creo que tampoco puede desestimarse todo lo que ha dicho Martínez Neira, aunque provenga de él. Por ejemplo, que las Farc han escondido el dato real de sus bienes para burlar la reparación a las víctimas y que se produjeron intentos de robarse la plata del posconflicto a través de Marlon Marín, el travieso sobrino de ‘Márquez’.

Desde un principio se sabía que el proceso no sería fácil. Pesaba no solo la historia nacional repleta de trampas y traiciones, sino una circunstancia más cercana. Medio país uribista votó  contra el acuerdo en el plebiscito del 2 de octubre de 2016. El expresidente Uribe nunca acompañó los diálogos de La Habana. Y la polarización entre uribismo y santismo ha sido un factor adverso a la reconciliación. Con el terrible aditamento de que la profundización  del narcotráfico ha mantenido elevados índices de violencia y retuvo en la ilegalidad a los reductos de las Farc que no se acogieron  a la desmovilización.

Era esperable, por tanto, que ‘Márquez’ y ‘Santrich’ no rehuyeran la complejidad del proceso y se mantuvieran firmes en el acuerdo.

Hoy, si ellos quisieran volver a la civilidad, tendrían que someterse a la justicia ordinaria como los integrantes de cualquier banda criminal, pues ya no tienen la categoría de beligerantes políticos en armas. Ellos se complicaron cuando adoptaron la desatinada determinación de infringir un pilar básico del acuerdo como es la no repetición.

@HoracioBrieva

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