LA LUCHA AUTONÓMICA DE EDUARDO VERANO

El Caribe ha padecido el centralismo incluso con los presidentes de placenta costeña. Con Rafael Núñez porque terminó odiando el federalismo. Consideraba que había causado muchos desordenes públicos e inestabilidad presidencial. Y ahora con Gustavo Petro porque es tan centralista como todos los presidentes de la república anteriores. De hecho, en su gobierno nos está yendo mal en términos de representación ministerial y el balance que se vislumbra en materia de obras es negativo.

Se cumplió el pasado jueves el 14 aniversario del Voto Caribe. La celebración la encabezó el gobernador Eduardo Verano. A sus casi 74 años, sigue en la brega regionalista a pesar de que algunos le dicen: “Verano tú estás más viejo que el carajo”. Como si la edad fuese un impedimento para liderar o gobernar. Biden va para 82 ruedas y pretende repetir.

Verano vibrará tanto con la causa regional que el tema pareciera insuflarle juventud y vigor cuando habla de éste. Así lo percibí en su discurso celebratorio. Él es el único constituyente del 91 que ejerce de gobernador.

En la Asamblea Constituyente de 1991 habría sido un sacrilegio pedir un federalismo moderno porque ni siquiera hubo ambiente político para la propuesta del joven Verano de 41 años de crear enseguida las regiones como entidades territoriales. Y a falta de los 37 votos que se requerían, la ruta fue negociar la transición de las RAP a las RET. 33 años después de la Constitución estamos parqueados en una debilucha Región Administrativa y de Planificación. Que no alcanza para que rijamos nuestros propios destinos, porque, como dijo el senador Mauricio Gómez, hasta para definir si sigue o no el peaje Papiros necesitamos la aprobación del ministro de Transporte. Para no hablar de las horrendas tarifas de energía que dependen de un engendro centralista llamado CREG, donde no hay un solo coterráneo.

Claro que con una bancada de 61 congresistas deberíamos hacer respetar al Caribe. Pero no ocurre. Inercialmente influye que la clase política de la Costa se acostumbró a adaptarse al centralismo y a vivir de sus prebendas. A la causa regionalista, que viene desde la Liga Costeña de 1919, le faltan dirigentes más responsables e intrépidos y una elevada conciencia autonómica en el pueblo caribeño. Somos bastante ‘dejaos’.

El Caribe ha padecido el centralismo incluso con los presidentes de placenta costeña. Con Rafael Núñez porque terminó odiando el federalismo. Consideraba que había causado muchos desordenes públicos e inestabilidad presidencial. Y ahora con Gustavo Petro porque es tan centralista como todos los presidentes de la república anteriores. De hecho, en su gobierno nos está yendo mal en términos de representación ministerial y el balance que se vislumbra en materia de obras es negativo.

Ante este centralismo que no cede, resulta estimulante oírle a un líder “más viejo que el carajo” como Verano  que la consigna debe ser atrevernos a luchar unidos por una Costa autónoma, próspera, competitiva y más sólida en su identidad cultural. Un referendo masivo que vote vinculantemente este propósito podría ser el desafío de hoy.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here