LA CIUDAD Y LOS HUECOS

La rapidez de Char hay que exaltarla, pero, como la destrucción de la malla vial la ocasiona la falta de mantenimiento, sería bueno implementar un modelo contractual que permita que el pavimento tenga atención ininterrumpida. Porque hoy vamos a tapar más de 2.000 huecos, pero dentro de un tiempo podrían ser más. La clave, repito, es el mantenimiento preventivo con un esquema contractual que lo facilite.

En la Barranquilla de antaño jugar bola de trapo en las calles arenosas era uno de los mayores placeres terrenales de los pelaos de entonces. A medida que fue creciendo el parque automotor surgió la necesidad de pavimentar las calles.

Cuentan los viejos barranquilleros que tal vez el mejor pavimento se hizo en los tiempos gloriosos de las EPM,  luego devoradas por la corrupción política que causó su final a principios de 1990. Con la debacle de las EPM se desplomaron los servicios de acueducto y alcantarillado. También nos llenamos de huecos y con ellos aparecieron las indigentes cuadrillas de ‘tapa-huecos’ a cambio de una moneda.

En la primera alcaldía de Bernardo Hoyos, (1992-1994), se produjo la primera victoria temprana en materia de pavimentación: la reconstrucción impecable de la calle 17, que hasta entonces era una avenida intransitable. A partir de entonces, el pavimento comenzó a mejorar  sin que lográramos superar el drama de los huecos. Se volvieron parte del paisaje por una razón explicativa: las calles no reciben mantenimiento preventivo. Y la concesión de la malla vial que hizo Hoyos no fue una buena solución.

En algún momento, yo propuse que dotáramos a la Secretaría de Infraestructura del Distrito de una unidad para el mantenimiento. Pero me han informado que Medellín tuvo una planta pública de asfalto que fracasó. Así pues que el único instrumento para intervenir las mallas viales parece ser la contratación privada.

En las administraciones de Sergio Fajardo y Alonso Salazar, Medellín ensayó contrataciones a unos tres años con cargo a vigencias futuras que tuvieron la virtud de garantizar el mantenimiento a valores estables y reajustables con el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Esta modalidad contractual generó economías y aseguró que la tarea se hiciera sin interrupciones. “Medellín no tenía ni un hueco” me dijo Fajardo. Creo que es la ciudad mejor asfaltada del país.

El alcalde Alejandro Char ha anunciado que se invertirán 65 mil millones de pesos en 2.220 huecos. Char quiere que en 90 días se haga el arreglo de la malla vial, a la cual el exalcalde Jaime Pumarejo no le dio prioridad porque estaba muy entretenido en el turístico proyecto Mallorquín.

La rapidez de Char hay que exaltarla, pero, como la destrucción de la malla vial la ocasiona la falta de mantenimiento, sería bueno implementar un modelo contractual que permita que el pavimento tenga atención ininterrumpida. Porque hoy vamos a tapar más de 2.000 huecos, pero dentro de un tiempo podrían ser más. La clave, repito, es el mantenimiento preventivo con un esquema contractual que lo facilite.

@HoracioBrieva

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