FALTA UN GRAN PARTIDO DE IZQUIERDA

Se requiere un influyente partido de izquierda porque en toda democracia es muy importante que exista la antítesis izquierda-derecha. Como escribió en el libro Ética y política el filósofo y ensayista español José Luis L. Aranguren: “No solamente esta antítesis es, de hecho, insuperable, sino que todo Estado bien compensado necesita tener una derecha y una izquierda”.

A mí me parece admirable de Gustavo Petro que logró ser presidente de Colombia sin tener detrás un poderoso partido político de izquierda. Ese solo acontecimiento merece un altar. Ganó propulsado por sus elocuentes discursos en el Congreso y en la plaza pública. También ganó porque la derecha puso en la Casa de Nariño a un presidente como Iván Duque.

La historia política de este país está repleta de reiterativos fracasos de partidos de izquierda, la mayoría de ellos inspirados en el marxismo y sus distintas variantes.

El Pacto Histórico podría ser el punto de arranque de un vigoroso partido de izquierda, pero no es tan fácil que eso ocurra porque primero tendría que haber una superación del espíritu de archipiélago de los partidos que integran esta coalición. Una resuelta decisión de transformar el Pacto Histórico en un partido inteligente, respetable y ordenado significaría que sus actuales agrupaciones renunciarían a sus frágiles e ineficientes estructuras para la competencia electoral.

Petro debería aprovechar la dignidad institucional de que dispone hoy para convocar a la concreción de ese propósito, pues como expresidente le quedará más complicado.

¿Sufrió Petro un retroceso electoral el domingo 29 de octubre? Ciertamente, no alcanzó una victoria en las principales alcaldías y gobernaciones. Pero lo central no debería ser si obtuvo o no la mayoría de las alcaldías, gobernaciones, asambleas, concejos y juntas administradoras locales, sino mirar hacia adelante y estructurar un fuerte partido de izquierda con vocación de poder y de permanencia histórica en la política nacional como el Partido Liberal y el Partido Conservador. El nombre del nuevo partido podría surgir de una consulta ciudadana y debería personificar una nueva izquierda. La multitud sin un proyecto político cohesionador y un partido guía es un ejército sin comandantes.

Se requiere un influyente partido de izquierda porque en toda democracia es muy importante que exista la antítesis izquierda-derecha. Como escribió en el libro Ética y política el filósofo y ensayista español José Luis L. Aranguren: “No solamente esta antítesis es, de hecho, insuperable, sino que todo Estado bien compensado  necesita tener una derecha y una izquierda”.

¿Qué tipo de izquierda necesitamos? Una que al igual que la derecha se comprometa con la defensa de la democracia, con el respeto a la separación de poderes y a la libertad de expresión y con el uso moderado del poder de las palabras.  Al equilibrio del orden democrático, contribuiría este contraste de opciones ideológicas y la consiguiente alternación en el ejercicio del poder.

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