Electricaribe, la empresa más detestada

Para justificar su falta de inversiones, Electricaribe ha vendido la idea de que los costeños somos una parranda de irresponsables que no le pagamos el servicio. Pero no informa que mientras en Antioquia los reclamos fueron apenas 7 en 2013, en el Atlántico llegaron a 99.989.

La estrategia de comunicaciones de Electricaribe es torpe. Por ejemplo, el domingo pasado publicó un aviso de primera página en El HERALDO, que debió costarle un billetal, donde nos grita a los usuarios que pagarle “es el comienzo de la solución”. Tiene que ganarse primero la confianza de la gente. Y, a estas alturas, lo veo difícil.

Lo peor que puede pasarle a una empresa –pública, privada o mixta– es que se vuelva cínica. ¿Cómo va a respetarla la gente si ella no la respeta?  En una región que soporta tan calcinantes temperaturas, suele ocurrir que la comunidad, porque se le fue la luz hace varios días, llama y pide compasión por las personas enfermas y los niños que lloran y no pueden dormir. ¿Y cuál es la respuesta? Pues que debe esperar, que, por ejemplo, el circuito afectado no está en la jurisdicción de Electricaribe sino de Energía Social –como si ambos muñecos no tuvieran un solo titiritero llamado Gas Natural Fenosa– y llegan al colmo de pedirle a la gente que “tenga buena noche y descanse”. ¡Por Dios, Electricaribe está atizando una explosiva situación de orden público!

Yo he sido un crítico del modelo privatizador que le quitó a Barranquilla el control accionario de la Triple A, pero caramba, ¿quién podría negarlo?, esa empresa es un buen operador y no anda lloriqueando por ahí, ni dándoselas de víctima por problemas de cartera, ¡y lidia, en lo local, con el mismo mercado compuesto en su mayoría por gente pobre! De modo que ese cuentecito de la cartera va a tener que echarlo en otro lado. ¿Quién ha comprobado eso? ¿Sólo porque Electricaribe lo dice? Es bien raro, porque uno se atrasa unos días en el pago del recibo y enseguida le caen con el corte amenazante. Y, en caso de ser cierto lo de la abultada cartera, ¿dónde está la eficiencia de la empresa? ¿No es acaso un monopolio de muchos años de experiencia y probada idoneidad? Y si el negocio es tan malo, ¿por qué no se ha ido?

Esta empresa es avivata. Se las da de víctima para que pasen cosas como las del viernes en el encuentro con el minminas y parlamentarios costeños. Se aprovecha de que el Estado es el responsable de los servicios públicos para que sea este quien ponga la plata ante la protesta social y mejore la rentabilidad de su negocio. ¡Sabroso! Así cualquiera se hace rico. Y todo eso pasa sin que se resuelva la indebida relación que hay entre la Nación y Electricaribe a falta de contrato de concesión, como lo dispone la Ley 143 de 1994. Pensé ilusamente que este punto aparecería en el evento de Mauricio Gómez. Y aunque en esa reunión hubo reparos a la Creg por premiar con un reajuste tarifario a Electricaribe –argumentando su supuesta eficiencia–, nuestros parlamentarios salieron conformes con el anuncio del Minminas de unos billones, como si esta empresa mereciera el mejoramiento de su negocio.

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