El 23 y 24, en Sabanagrande, en la Normal de Fátima, con la asistencia de unos 500 delegados, se realizó el XVIII Congreso de la Federación Comunal del Atlántico. Contó con el apoyo de la Secretaría del Interior de la Gobernación y de la Alcaldía Municipal.
Este congreso debe contribuir a fortalecer el movimiento comunal. Es una expresión de la sociedad civil, con una larga historia, y su papel es esencial. El próximo será en Galapa, que se disputó esta vez el privilegio con Soledad.
Navarro decía que cuando fue alcalde de Pasto y gobernador de Nariño se apoyó en las juntas comunales. Y el matrimonio funcionó. Estas están habilitadas para contratar con la administración pública y la empresa privada, y si las cosas se hacen bien las alianzas pueden ser virtuosas.
Conocimos el malecón de Sabanagrande, construido con recursos de regalías. Tiene potencial turístico y se vigorizará con la intervención vial que ha prometido el gobernador. El alcalde de Sabanagrande, José Mario Romero, nos atendió con mojarra, lebranche, sábalo y bocachico. En el almuerzo, Navarro contó un hecho reciente. Una joven sabanalarguera, funcionaria nacional, lo visitó en su oficina de senador para ofrecerle su caudal electoral a cambio de que la ayudara a mejorar sus condiciones salariales y laborales. Navarro le dijo que él nunca ha hecho la política de esa forma. Educada en la cultura del clientelismo, creyó que hablaba con un extraterrestre.
Me gustó mucho un gesto que debe distinguir a los políticos. El diputado Adalberto Llinás, de Cambio Radical, galardonado hace poco por una entidad estadounidense, quien almorzó al lado de Navarro, nos sorprendió cuando le pidió un video para su hijo y sus compañeros del Colegio Alemán. Navarro les dijo a los chicos que eran el futuro, que se metieran en política y que la ejercieran de manera limpia.
En la noche del sábado, a Navarro y a este periodista –los amigos de la tertulia Juntos Llegamos– nos hicieron un reconocimiento. A Navarro por su carrera política. A mí por la labor de columnista de EL HERALDO y de director de Protransparencia. “Fue tanta la insistencia y tan poca la resistencia”, como en la famosa frase, que acepté el reconocimiento. Reiteré que para mí el periodismo es “una pasión insaciable”, como dijo Gabo. El reconocimiento fue también para sugerirme que vuelva a la política activa y me lance en el 2019. Prometí pensarlo, ¿pues a quién no le gustaría ser alcalde de Barranquilla y servirle con total desinterés?