La historia de los derrumbes de unos bloques de apartamentos y de casas en este barrio barranquillero de clase media es la historia de la irresponsabilidad. Comenzó el día en que el Gobierno Distrital le dio vía libre en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, a la construcción de proyectos de vivienda en unos suelos caracterizados por pertenecer a la tipología de las arcillas marinas expansivas, no obstante que en 1973 se habían caído Las Terrazas. Varias empresas constructoras, entre ellas la del ex alcalde Alejandro Char Chaljub, decidieron desarrollar varios proyectos habitacionales en esos terrenos, pero ni ellos ni la Administración Distrital previeron los deslizamientos que luego ocurrirían con la obvia consecuencia de que las viviendas cedieron en sus bases, se agrietaron, y ante la emergencia sus ocupantes tuvieron que ser evacuados y llevados a inmuebles arrendados. Algunos, aferrados a las residencias que adquirieron con el esfuerzo de sus ahorros, se negaban a salir, pero el avance de los deslizamientos terminó siendo más disuasivo. Para defender sus derechos de propietarios engañados, los afectados acudieron a las acciones que les permiten la Constitución y las leyes, y llevan años luchando para que los indemnicen. Una parte ha logrado el reconocimiento de sus derechos. Otra parte aún espera. Ahora se ha producido un fallo de la justicia contenciosa administrativa que coloca la responsabilidad sólo en cabeza del Distrito, vincula de paso a la Nación, y excluye a los constructores. El abogado Roberto Tapia Ahumada, uno de los que representa a las víctimas, ha pedido al Tribunal Administrativo que revoque su decisión, y la Alcaldía Distrital ha anunciado que interpondrá una tutela ante el Consejo de Estado para que la decisión que exonera a los privados sea reversada. Es lo justo, lo esperado: que paguen tanto el Distrito como los privados. En Campo Alegre, además, se han hecho unas costosas obras de mitigación realizadas por Ingeominas, a pesar de que la misma entidad ha hecho estudios que revelan que esos suelos en su mayor parte no eran habitables.